La viveza individual es una estupidez colectiva…
Bonito pensamiento… Profunda reflexión… Máxima o aforismo para siempre recordar, para enmarcar, y para colgar en la sala…
¿Cómo comenzó la viveza individual en desmedro de los semejantes y en perjuicio del colectivo?… La respuesta se diluye y se oculta en la noche de los tiempos…
En un colectivo en formación tal vez primero se ayudan sanamente unos a otros… Son tan grandes las carencias, son tan grandes los peligros externos, que los apoyos o los favores recibidos, por pequeños y modestos que ellos sean, se agradecen de todo corazón…
Pero luego el colectivo se afianza y se hace más seguro, y tímidamente aparecen algunos desvíos… El colectivo sigue su curso, se agranda, se fortalece, y crea avances y estructuras que a todos benefician… Y claro, nunca faltan quienes aspiran a recibir un poco más que los demás…
Los más tímidos, los aún reticentes, observan asombrados y azorados esos desvíos, pero no saben como combatirlos o como aminorarlos… Y luego llega el día que algunos de ellos se despiertan en la mañana y se interrogan: ¿Y por qué yo no también?…
Cierto, muchas religiones han intentado poner coto o límite a estas desviaciones, a estas avivadas, a estas picardías, a estos abusos, a estos comercios ilegales y denigrantes, y en algunos momentos históricos estas concepciones cosmológicas y de educación para la vida, han logrado revertir en parte ese camino errado, invocando la espiritualidad y el humanismo, ensalzando el gozo interno de quien observa un muy sano e impecable comportamiento personal, señalando recompensas y castigos en el más allá, estableciendo adecuados decálogos de comportamientos que se estimula a seguir a pie juntillas…
Pero la humanidad continuó avanzando, continuó progresando, y muchas ciudades se hicieron cada vez más grandes… Surgieron lo que hoy día llamamos megalópolis, donde la individualidad se pierde en el anonimato, donde la vorágine de los acontecimientos obliga a vivir siempre apurado, siempre cumpliendo horarios y compromisos, y dejando cada vez menos espacios para la reflexión, para el regocijo del espíritu, para el desarrollo de afectos familiares y de sanas amistades, para la meditación trascendental y mística… En esos enormes y complejos conglomerados humanos, las buenas acciones son proporcionalmente escasas, y trascienden en forma muy limitada… Y muchas actividades materiales logran gran eficiencia, y así se genera una muy interesante plusvalía social… Y esa plusvalía comunitaria, claro, es muy tentadora, y tienta a más de uno… Total, las relaciones de intercambio están orientadas y controladas con un instrumento social muy imperfecto, están orientadas y controladas con dinero anónimo, que deja pocos rastros de abusos, de manejos, y de fraudes… rastros que como se dijo son escasos, y que por otra parte quedan ocultos en una maraña de registros y de documentos a la que es muy difícil entrarle, pues las normativas y los formatos son muy disímiles, y no tienen ningún tipo de articulación centralizada y normalizada…
Está bien, aplausos para quienes en este contexto se abstienen de las malas acciones… Aplausos para quienes en este contexto dedican toda su vida a amar al prójimo, ayudando a suavizar las situaciones más extremas e injustas que se dan en esta estructura social en lo global muy rica y con enormes posibilidades…
Pero por un instante detengámonos a la vera del camino, y pensemos con criterios holísticos, y tratemos de imaginar y de eventualmente aplicar sanas estrategias integrales…
La carne es débil y llama al pecado… ¿En lugar de principalmente trabajar con los potenciales pecadores o con los pecadores consumados, apelando a sus mejores reservas espirituales y morales para que siempre recorran la senda del bien y de la solidaridad interpersonal, por qué no situarnos todos en una organización social que tenga una muy especial estructura, en la que exista muy poco margen para los desvíos, y para las agresiones, y para la corrupción, y para las aberraciones, y para las actividades declaradas ilegales, y para las inequidades en cuanto a riquezas y a oportunidades?… Esta nueva y remozada organización social, esta nueva estructura comunitaria-institucional, por cierto no es una utopía, y la tenemos a la vuelta de la esquina… Comencemos por introducir progresivamente el dinero responsable e informativo, o sea lo que algunos llaman dinero telemático, y poco a poco desplacemos al dinero anónimo y permisivo… Y por cierto, sobre esta nueva base construyamos relaciones de convivencia mucho más transparentes, y factibles de seguir en sus efectos y en sus cadenas y en el esclarecimiento de las responsabilidades individuales… Así mucha más gente abandonará sus equivocadas estrategias de convivencia y supervivencia, no tanto porque reciban un sano llamado espiritual para esto hacer, sino porque el camino social no dejará muchas salidas para las desviaciones…