domingo, 24 de enero de 2010

Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia: Puente hacia el futuro, esperanza en el horizonte, 2 octubre 2009 – 2 enero 2010


En este artículo nos estamos refiriendo a la primera marcha mundial que recorrió el mundo, específicamente pidiendo el fin de las guerras, el desmantelamiento de las armas nucleares, y el cese de todo tipo de violencia, tanto física como económica, ideológico-filosófica, racial, religiosa, cultural, psicológica, y/o de género o inclinación sexual.

Esta iniciativa se gestó el 15 noviembre 2008, durante el Simposio del Centro Mundial de Estudios Humanistas realizado en Parques de Estudio y Reflexión, Punta de Vacas, Argentina.

Esta marcha, este emprendimiento, pretendió y pretende crear conciencia frente a la peligrosa situación mundial que nuestra sociedad hoy día atraviesa, marcada por una elevada probabilidad de ocurrencia de un conflicto nuclear de proporciones apocalípticas, pero también signada por un armamentismo desenfrenado, por la violenta ocupación militar de ciertos territorios a través de lo cual determinados Estados pretenten imponerse a otros, por la ocurrencia de guerras civiles y conflictos locales de proporciones, etcétera, etcétera.

Ésta fue una propuesta de movilización social sin precedentes, impulsada por el Movimiento Humanista a escala mundial, a través de uno de sus institutos especializados: Mundo Sin Guerras.

En unos pocos meses, esta marcha internacional suscitó la adhesión de miles de referentes, agrupaciones pacifistas y no-violentas, instituciones varias, personalidades del mundo de la ciencia, de la cultura, y de la política, todos sensibles a la urgencia del momento, todos pretendiendo llamar a la reflexión sobre esta trascendente cuestión.

El evento también inspiró una enorme diversidad de iniciativas concomitantes en objetivos en más de cien países, configurando un fenómeno humano-social de proporciones. Mayor información sobre esta actividad y sobre sus repercusiones, puede ser obtenida en el siguiente sitio web: http://www.theworldmarch.org/

Sin duda la humanidad soporta en este inicio del siglo XXI, una situación verdaderamente crítica en todo el planeta, en toda la geografía, y caracterizada por la pobreza de vastas regiones, la degradación medioambiental, el enfrentamiento entre culturas, la violencia y la discriminación y las injusticias que aquí y allá se multiplican, contaminando y dificultando la vida cotidiana de amplios sectores de la población.

Nótese que existen conflictos armados en numerosas áreas geográficas, y también sufrimos una profunda crisis del sistema financiero internacional, a lo que además se suma una creciente y no despreciable amenaza nuclear, todo lo que es de máxima urgencia analizar y minimizar en la medida de las posibilidades.

Atravesamos un período de suma complejidad social y política, en el que intereses irresponsables de varias potencias nucleares, se superponen a la locura de grupos violentos, que por distintas vías tienen acceso a recursos financieros, y así no es descabellado pensar que esos grupos irregulares en algún momento puedan acceder a material atómico o material nuclear, cuyo uso podría generar situaciones dantescas a nivel planetario o al menos a nivel regional.

Obviamente debemos disminuir riesgos de accidentes nucleares, por incompetencia, por desidia, por desinteligencias varias, pero también debemos prevenir que un gobierno irresponsable o que un dirigente fanatizado, en algún momento pueda inducir un conflicto armado devastador, de tipo convencional o de tipo nuclear.

La presente no es solamente una coyuntura especialmente desfavorable, no es una suma casual de crisis particulares, estamos ante el fracaso global de un sistema económico y de gobierno, cuya metodología de acción de una u otra forma se sirve de la violencia, y cuyo valor central es la acumulación dineraria y de recursos.

La Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia ha inspirado variadas iniciativas y actividades. Y una de ellas, sin duda fue la propia marcha simbólica de un equipo multicultural, que recorrió y tuvo presencia en los cinco continentes.

Esta actividad comenzó formalmente el 2 octubre 2009, día de un aniversario más del nacimiento de Mohandas Karamchand Gandhi, por cierto más conocido por el nombre honorífico de Mahatma Gandhi (2 octubre 1879 - 30 enero 1948); recuérdese además que oportunamente las Naciones Unidas declararon precisamente al 2 de octubre como el Día Internacional de la No-Violencia, por el empeño y la constancia del referido líder indio en plantear las reclamaciones de su pueblo por métodos no violentos.

Esa marcha simbólica se inició como se dijo el 2 octubre 2009, y lo hizo en Wellington, Nueva Zelanda, para culminar el 2 enero 2010 y luego de tres meses, al pie del Monte Aconcagua, en Punta de Vacas, Argentina.

Durante esos 93 días, los participantes pasaron por más de 90 países y 100 ciudades, referentes en los cinco continentes.

Así se cubrió una distancia de aproximadamente 160.000 km, por tierra, mar, y aire. Así se pasó por todos los climas y todas las estaciones, desde el verano tórrido de zonas tropicales, hasta el clima seco del desierto, pasando también por el frío invierno siberiano y por las zonas templadas.

Las etapas más largas fueron por Asia y por América, ambas de casi un mes de duración. Un equipo base permanente de cien personas de distintas nacionalidades, hizo el recorrido completo.

Durante todo este tiempo, durante esos 93 días, en cientos de ciudades se realizaron marchas de acompañamiento, festivales, foros, conferencias, y otros variados eventos, para así intentar crear conciencia de la urgencia que nos reclama obtener pronto una paz duradera y una disminución significativa de la violencia.

Y en todo el mundo, las campañas de adhesión a la marcha multiplicaron esta señal, más allá de lo que por el momento podemos evaluar o constatar.

Y por primera vez en la historia, un evento de esta magnitud se imaginó y se concretó, por iniciativa de la propia gente, por iniciativa de las bases.

La verdadera fuerza de la referida actividad, nació de un acto sencillo, y por participación de quienes por conciencia concibieron esta acción, adhiriendo a una causa digna que pronto fue compatida y promovida por muchos en diferentes puntos del planeta.

A continuación y como complemento informativo, y para mejor ilustrar a los lectores, incrustamos tres videos relacionados con la temática planteada.







Y ya para cerrar este artículo, detallamos a continuación algunos de los objetivos más significativamente destacados por los organizadores de la referida Marcha Mundial.

Denunciar la peligrosa situación mundial, que nos está llevando hacia situaciones bélicas cada vez más peligrosas, con posible y eventual utilización de armamento nuclear, lo que sin duda supondría un desastre de proporciones, tal vez la mayor catástrofe humana de la historia, y un posible callejón sin salida, y una posible situación sin solución.

Dar voz a una mayoría significativa de ciudadanos del mundo todo, quienes no están a favor de las guerras, ni de la carrera armamentística.

Resaltar que de hecho todos sufrimos las consecuencias de la manipulación de unos pocos, en parte porque dejamos hacer, en parte porque no damos una señal unida. Es hora pues que cada quien muestre su postura, su rechazo, sus ideas-fuerza. Es hora pues de unir señales y esfuerzos individuales, para así adquirir mayor fuerza y visibilidad, para así promover los reclamos en forma más idónea, y para que al menos ellos así sean escuchados y en parte tal vez analizados.

Promover la eliminación completa de las armas nucleares a nivel mundial, así como el retiro inmediato de las tropas invasoras de las regiones ocupadas, asi como la reducción progresiva y proporcional del armamento convencional, así como la firma de tratados bilaterales o multilaterales de no agresión entre países, así como la renuncia formal de los diferentes gobiernos a utilizar la guerra para la resolución de conflictos y diferencias.

Poner en evidencia por todas las vías posibles, otras múltiples formas de violencia tal vez más sutiles que los conflictos bélicos propiamente dichos, como por ejemplo la violencia generada de hecho a través de la economía, la violencia de hecho generada por indignantes injusticias económicas, y también la violencia generada por odios raciales, por diferencias religiosas, por discriminación por sexo o por orientación sexual, por diferencias en cuanto a nacionalidad o lugar de origen, etcétera, etcétera, etcétera. Estas injustas e indignantes situaciones, con frecuencia escondidas o disfrazadas por quienes las provocan y las apoyan, no nos deben llevar a engaño, pues ellas generan también violencia y opresión que por todos los medios deben ser cambatidas y suavizadas.

Crear conciencia global de la necesidad de establecer las bases de una paz verdadera, con rechazo total a las guerras y a todo tipo de violencia.

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